El debate legal, jurisprudencia y académico en torno a la subordinación como elemento clave de frontera entre el trabajo asalariado y el autónomo ha estado presente entre nosotros prácticamente desde la consolidación y expansión del Derecho del Trabajo, cuando menos en aquellos países en los que la legislación laboral ha tenido un protagonismo central en el diseño de las relaciones laborales. Sin embargo, este debate se ha recrudecido en los últimos tiempos, emergiendo ciertas tesis acerca de la decadencia y posible desaparición de la subordinación como referente legal. Esto último deriva de múltiples factores, políticos, económicos y sociales, pero sobre todo se debe a las transformaciones tecnológicas, derivadas de la implantación de la digitalización y de las tecnologías de la información y las comunicaciones, unidas a los cambios organizativas empresariales, esencialmente a resultas de la generalización de las fórmulas de descentralización productiva y de intensificación del trabajo a distancia. El presente trabajo pretende abordar esta cuestión, desde la perspectiva de que las causas determinantes son de carácter global y transnacional, pero con notables condicionantes nacionales que impiden generalizaciones y, por ello, se efectúa desde la perspectiva del sistema español de relaciones laborales. El trabajo aboga por la buena salud en nuestro ordenamiento del criterio de la subordinación, al que se le augura larga vida. Ello lleva a rechazar las posiciones de quienes auguran su superación y sustitución por el criterio de la dependencia económica. Eso sí, se entiende que la pervivencia de la subordinación debe realizarse a partir de cuatro premisas de adaptación imprescindible: 1) la posibilidad de establecer unos derechos básicos comunes para todo trabajo personal realizado para otro, sobre la base de una nueva comprensión de los derechos laborales garantizados constitucionalmente, para extenderlos más allá del trabajo subordinado; 2) la construcción de un concepto flexible de la subordinación, que incluya forma amplias de hetero-organización; 3) la diversificación normativa en el seno del trabajo subordinado con diversos niveles de tutela flexibilidad a través de un justo entendimiento de las denominadas “relaciones laborales especiales” y, sobre todo, de las “modalidades contractuales” con régimen singularizado como el trabajo a distancia, 4) con un desarrollo eficiente de la tutela del contratante débil en el ámbito del trabajo autónomo económicamente dependiente sin romper los moldes de su clara separación del trabajo subordinado.
The legal, jurisprudential, and academic debate around subordination as a key element of the border between salaried and self-employed work has been present among us practically since the consolidation and expansion of Labour Law, at least in those countries in which the labour legislation has played a central role in the design of labour relations. However, this debate has intensified in recent times, with the emergence of certain theses about the decline and possible disappearance of subordination as a legal reference. The latter derives from multiple political, economic, and social factors, but above all it is due to technological transformations, derived from the introduction of digitalization and information and communication technologies, together with business organizational changes, essentially resulting from the generalization of the formulas for productive decentralization and intensification of remote work. The present work aims to address this question, from the perspective that the determining causes are global and transnational in nature, but with notable national conditioning factors that prevent generalizations and, therefore, it is carried out from the perspective of the Spanish labour relations system. Work advocates good health in our system for the criterion of subordination, which is promised a long life. This leads to rejecting the positions of those who predict the overcoming and replacement of the same by the criterion of economic dependence. Of course, it is understood that the survival of subordination must be carried out from four essential premises of adaptation: 1) the possibility of establishing common basic rights for all work carried out by one person in favour of another, based on a new understanding of constitutionally guaranteed labour rights, to extend them beyond subordinate work; 2) the construction of a flexible concept of subordination, which includes broad forms of hetero-organization; 3) regulatory diversification within subordinate work with various levels of tutelage flexibility through a fair understanding of the so-called “special labour relations” and, above all, of the “contractual modalities” with a singularized regime such as remote work , 4) with an efficient development of the protection of the weak contractor in the field of economically dependent autonomous work without breaking the frames of its clear separation from subordinate work.